Objetivos

Con este blog queremos dar a conocer la corriente pedagógica de enfoque por competencias.

Para cumplir con este objetivo general, hemos establecido unos objetivos específicos:

1- Definir unos conceptos claves para que el usuario pueda insertarse en el tema de las corrientes pedagógicas.

2- Se tratará algunos temas generales de corrientes pedagógicas, cuya finalidad es que haya una gradualidad en el conocimiento de las corrientes pedagógicas.

3- Daremos informaciones claras y precisas acerca de la corriente de enfoque por competencias con el fin de que se alcance un conocimiento, más o menos global, de esta corriente.

domingo, 23 de junio de 2019

Características del Enfoque por Competencias

Características del Enfoque por Competencias

 Las características con que cuentan las competencias se listan a continuación:

•  Proporcionan la capacidad de saber hacer; es decir, aplicar a la solución de problemas de la vida profesional y personal los conocimientos, habilidades, actitudes y valores.

•  Promueven el desarrollo de capacidades más que asimilación de contenidos, aunque éstos están siempre presentes a la hora de concretarse los aprendizajes.

•  Preparan al alumno para enfrentar nuevos desafíos en su vida diaria relacionados con su crecimiento como persona.

•  Su planteamiento supone que todos los estudiantes serán capaces de desempeñarlas, lo que les permitirá comprender el mundo e influir en él.

 •  Conllevan al establecimiento de procesos de aprendizaje autónomos a partir de la acción directa del alumno; es decir, pasar del enseñar al aprender.

•  Implican una participación eficaz del alumno en los ámbitos político, social, profesional y cultural.

 •  Tienen un carácter integrador, relacionado con los conocimientos, procedimientos y actitudes.

•  Permiten integrar y relacionar los aprendizajes con distintos tipos de contenidos, utilizarlos de manera efectiva y aplicarlos en diferentes situaciones y contextos.

 •  Son transferibles, ya que refuerzan y complementan los procesos de aprendizaje actuales y ulteriores, lo que permitirá a los estudiantes la adquisición de otras competencias.

 •  Tienen un carácter interdisciplinar y transversal, ya que integran aprendizajes procedentes de diversas disciplinas académicas.

 •  Promueven el aprendizaje a lo largo de toda la vida. 

lunes, 17 de junio de 2019

Competencias Básicas

Competencias Básicas De acuerdo con el proyecto de la OCDE

Definición y Selección de Competencias de (DeSeCo), existen ocho competencias clave para el aprendizaje a lo largo de la vida:

1. Competencia en comunicación lingüística: Utiliza el lenguaje como instrumento de comunicación.

2. Competencia matemática: Habilidad para el manejo de los números, sus operaciones básicas, los símbolos y las formas de expresión y razonamiento matemático, para resolución de problemas relacionados con la vida cotidiana y con el mundo laboral.

3. Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico: Interactúa con el mundo y/o espacio físico.

4. Competencia digital y tratamiento de la información: Busca, obtiene, procesa y comunica información para transformarla en conocimiento.

5. Competencia social y ciudadana: Comprende la realidad social en que se vive; coopera, convive y ejerce su ciudadanía de forma democrática y contribuye a su mejora.

6. Competencia cultural y artística: Conoce, comprende, aprecia y valora diferentes manifestaciones culturales y artísticas, las utiliza como fuente de enriquecimiento y disfrute y las considera como parte del patrimonio de los pueblos.

7. Competencia para aprender a aprender: Dispone de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de acuerdo con sus propios objetivos y necesidades.

8. Competencia para la iniciativa personal y la autonomía: es consciente de los valores y actitudes personales, y es capaz de aprender de los errores y de asumir riesgos.

miércoles, 12 de junio de 2019

Evaluación por Competencias

Evaluación por Competencias 


La evaluación en un enfoque por competencias debe:

•  Servir para ayudar, estimular y conocer cómo aprende el alumno, para saber cuáles son sus dificultades, con el propósito de mejorar el proceso de enseñanza, de planear adecuadamente las estrategias de aprendizaje, para superar situaciones reales en contextos concretos.

•  Dirigirse a cualquiera de las tres variables fundamentales que intervienen en el proceso: las actividades que promueve el profesorado, las experiencias que realiza el alumno y los contenidos de aprendizaje.

•  Ser un proceso que permita conocer el grado de aplicación de los conocimientos adquiridos en situaciones diversas, por lo que debe ser pensado para resolver acciones futuras.

•  Utilizar técnicas y recursos diferenciados según el tipo de competencia y la situación-problema a resolver.

•  Emplear diversos instrumentos que deben variar en función del tipo de contenido, objeto de aprendizaje (hechos, conceptos, procedimientos y actitudes), como pueden ser pruebas escritas, resolución de ejercicios para relacionar y utilizar conceptos, trabajos en equipo, debates, diálogos, expresión oral, observación, manifestaciones en actividades extraescolares, deportivas y complementarias fuera del aula.

lunes, 10 de junio de 2019

Corrientes del enfoque por competencias

Existen dos corrientes en la gestión de competencias: el enfoque anglosajón y el enfoque francés. El enfoque anglosajón, a su vez, se divide en la corriente americana y la sostenida por algunos autores británicos, así como otras aportaciones, como a continuación se describe.

ESCUELA AMERICANA

Boyatzis (1982) define las competencias como características subyacentes que están causalmente relacionadas con la actuación efectiva de trabajo. Para este autor, las características subyacentes son inherentes a la persona; además, son factores determinantes de una conducta capaz e idónea. Sin embargo, Yeung (1996; citado por Guerrero, C. 2005) reafirma esta definición y señala que lo más importante de ella es esta consideración intrínseca de las competencias.

Asimismo, cree que muchas personas confunden las competencias, tal y como si se tratara exclusivamente de comportamientos. Se trata pues, de que en sus acciones se reflejen diferentes significados, dependiendo de cada contexto en que tenga lugar, a través de un razonamiento originado por el aspecto cognitivo del individuo.

Las competencias están causalmente relacionadas porque las personas poseen rasgos, habilidades, conocimientos y valores que llevan a un comportamiento satisfactorio, susceptible de ser adaptado a la organización, actuación efectiva o superior que tiene asignada. La aportación del estudio de competencias de Boyatzis destaca un modelo de “Competencia de Dirección”, en el cual se advierte una propuesta novedosa en la década de los ochenta como trabajo pionero en la forma de seleccionar directivos competentes. Para Spencer y Spencer (1994), existen cinco tipos de características de competencias:

1. Motivos:

Necesidad del logro.
Necesidad de poder.
Necesidad de afiliación

2. Rasgos: Sustentan las reacciones ante determinadas situaciones; por otro lado, son características de la personalidad y toman un carácter peculiar cuando entran en acción el autocontrol, la tenacidad, resistencia al estrés, etcétera.

3. Auto-imagen: En este sentido se toman en cuenta los valores de la persona, así como las actitudes en relación consigo misma.

4. Conocimiento: La conciencia o percepción del mundo exterior. En otro sentido, es la información que posee una persona, relacionada con aspectos técnicos: matemáticas, informática, etcétera.

5. Habilidad: La idoneidad y efectividad de la persona para realizar actividades útiles en ambientes propios y estratégicos de empresa.

En los puntos anteriores se describen los diferentes tipos de competencias directivas o de gestión de recursos humanos asociados al desarrollo de acciones (conductas observables) tendientes a lograr las metas organizacionales. En este sentido, se puede entender que estas competencias tienen una vinculación a las acciones que influyen para convencer a otros de realizar determinadas actividades combinando conocimientos y habilidades. En esta dimensión, los empleados deben mostrar una aptitud de lo “lo sé hacer, lo puedo hacer” (Boyatzis, 1982).

La segunda dimensión describe los niveles de cada competencia. Por lo tanto, cada competencia en lo individual existe en varios niveles y se puede desarrollar cuando las competencias pasa de un nivel menor a otro mayor (Alamillo 2002). La combinación con los motivos de logro, poder y afiliación subyace en un nivel inconsciente; a su vez, cada nivel de competencia variará de acuerdo a la disponibilidad y actitud de la persona, estableciendo un vínculo con el deseo de hacerlo. Podemos considerar que el que los directivos intenten generar habilidades en sus subordinados a fin de promocionarlos constituye un motivo de poder en el impacto que se desea tener sobre ellos.

ESCUELA FRANCESA
La perspectiva francesa está estructurada con una serie de matices que no hacen sino cambiar los conocimientos y habilidades o rasgos de personalidad, en donde las competencias son el conjunto de estos tres aspectos, a los que Pérez (1997) denomina triada básica para adquirir y desarrollar competencias. El modelo de los autores franceses se construye fundamentalmente sobre la base de que las competencias son una mezcla de conocimientos y experiencias relacionadas con las actividades que los individuos realizan en las organizaciones, justamente, los rasgos de personalidad, aptitudes y la adquisición del conocimiento a través de la experiencia en el trabajo ayuda a las personas a construir competencias (Civelli, 1997). En este sentido, podemos decir que los autores franceses entienden que las competencias son “aleaciones de conocimientos, aptitudes y actitudes que se solidifican en las personas, dotándolas de valores diferentes frente a otras personas y dependen del contexto profesional para tener una conducta exitosa.”

El modelo francés enfatiza el uso del concepto de autoimagen como principal factor para referirse a la forma en que las personas pueden aprender por la imagen que poseen de si mismos, así como las causas que originan determinados comportamientos. Sin embargo, Levy –Leboyer (1997) establece tres escenarios específicos en lo que se refiere a las aptitudes, rasgos de personalidad y competencias. Éstos “permiten caracterizar a los individuos y explicar la variación de sus comportamientos en la ejecución de tareas específicas”. En lo que concierne a las competencias, piensa que “afectan a la puesta en práctica integrada de aptitudes, rasgos de personalidad y también conocimientos adquiridos para cumplir bien una misión compleja en el macro de la empresa que la ha encargado al individuo y dentro del espíritu de sus estrategias y de su cultura” (Levy-Leboyer, 1997). Sostiene una óptica de la “localidad” que tienen las competencias, porque surgen en un contexto cultural empresarial. Por lo tanto, la localidad será una característica empresarial distinguida por los valores, misión y estrategias en la que es utilizada. Así, las organizaciones podrán  desarrollar listados de competencias ajustadas a su realidad, entendiéndose que el concepto de localidad tiene su razón de ser en la creación de competencias de forma particular. Dicho de otra manera, las empresas adoptarán todas aquellas competencias con la cuales se identifique mejor, las que por supuesto representarán sus valores y su visión empresarial.

Para Le Boterf (2000), esta forma de pensamiento esta influenciado por los trabajos de ingeniería enfocados a los grandes sistemas o dispositivos de formación, considera a la “competencia en términos de conocimiento y de colocar al sujeto en el centro de la competencia”. El individuo puede ser considerado como constructor de sus competencias, y realiza con competencia unas actividades cambiando y movilizando un equipamiento doble de recursos: incorporados (conocimientos, saber hacer, cualidades personales, experiencia) y redes de recursos de su entorno (redes profesionales, redes documentales, bancos de datos). La competencia que produce es una secuencia de acción en que se encadenan múltiples conocimientos especializados. El mismo autor enfatiza “la importancia que tienen los conocimientos combinatorios de un individuo al momento de que éste moviliza sus recursos como el saber hacer, conocimientos, etcétera, en la realización de actividades llevadas a cabo como resultado de la construcción de una competencia” (Le Boterf, 2000).

Adicionalmente, la construcción de una competencia puede ser producto de una situación comunicacional donde los recursos puedan, a su vez, ser transferibles entre los individuos por su capacidad profesional en diversas manifestaciones en el puesto de trabajo que sean útiles para ser evaluados. Sin embargo, nos explica la imagen que las personas tienen de sí mismas y cómo ésta juega un papel importante en la construcción de competencias debido a un proceso de cognición en el que no sólo la imagen propia incluye al conocimiento, sino también a la capacidad que se posee. Por tanto, considera que “ la persona debe saber y poder tener la perspectiva para analizar sus prácticas y transformar lo vivido en una experiencia mediata” (Le Boterf, 2000), porque “lo que se llama competencia evoluciona a lo largo del tiempo, depende de los criterios utilizados, es relativo a los sistemas de evolución” (Le Boterf,1998).En concreto, es como si el individuo buscara en las actividades realizadas su autorreflejo, a fin de entrar en un proceso de feedback en el que se automotive y mejore por la información captada de sí mismo.

Le Boterf reconoce en sus aproximaciones conceptuales la condición dinámica de los individuos; es decir, que toman sentido dependiendo de los elementos puestos en juego a la hora de definir las competencias, por lo que el mismo autor afirma que “con este término designaremos una combinación de conocimientos, capacidades y comportamientos que se pueden utilizar e implementar
directamente en un contexto profesional”. En esta definición, las nociones de combinación y contexto son esenciales. Una competencia no se reduce a un conocimiento o una técnica; no se limita tampoco a una actitud, sino que es una realidad compleja en la que se armonizan de forma a veces sutil estos diversos tipos de elementos (Le Boterf, 2000.) Sin embargo, algunas de sus acepciones llegan a ser un tanto contradictorias, ya que en uno de sus trabajos anteriores sostiene que “la competencia no es un estado o conocimiento poseído. No se traduce a saber o a saber hacer. No es asimilable a una adquisición de formación.

Poseer conocimientos o capacidades no significa ser competente” (Le Boterf, 1995). En otra aproximación conceptual desarrollada y expuesta en un epígrafe anterior, él mismo establece que la competencia se puede considerar “en términos de conocimiento y colocar al sujeto en el centro de la competencia”. El individuo puede ser considerado como constructor de sus competencias (Le Boterf, 2000). En este sentido, se puede entender que una de las posibilidades de que un individuo sea constructor de sus competencias es por la adquisición de formación en la empresa; además, si él considera al individuo como constructor de sus competencias, movilizando recursos como conocimientos, saber, hacer y otros, ¿por qué sostiene que “saber hacer” no significa ser competente? Quizá porque lo que intenta es transmitir la idea de que sólo la combinación de todos los recursos (conocimientos, saber hacer, redes) y el querer proceder movilizando esto signifique ser competente. En este sentido, su variabilidad conceptual también puede generar alguna confusión en la interpretación del término aludido. Pero los autores franceses no se reducen a un solo comportamiento observable para ser competente, como ocurriría en la acepción americana del concepto competencias, sino a la forma en que los individuos pueden construir y desarrollar sus competencias, debido a la evolución-producto de la experiencia y la diversidad de estrategias o conductas que hay que tomar en cuenta para la realización de tareas. En tal caso, ellos podrían construir (Civelli, 1997) sus competencias combinando recursos como sus conocimientos, saber hacer y experiencia. Más aún, desde su perspectiva existe una gran aportación sobre la formación y la producción de competencias (Le Boterf, 1991) en que los procesos de formación intervienen para llenar una distancia entre las competencias que son necesarias y las competencias reales. Las competencias representan, pues, un trazo de unión entre las características individuales y las cualidades requeridas para llevar a cabo misiones profesionales precisas (Levy-Leboyer, 1997).

ESCUELA ANGLOSAJONA

El movimiento de competencias británico surgió en el mismo contexto del modelo norteamericano, por la exportación de conceptos que diseminaron los consultores americanos a empresas de su país emplazadas en el Reino Unido. No obstante, existe una diferencia en la terminología utilizada por los autores e instituciones de ambos países (Horton, 2000 a). Instituciones británicas como el “National Council for Vocational Qualifications” (NCVQ) tienen gran relevancia en el país porque a través de ellas se certifica a los trabajadores de acuerdo a estándares de competencias, asegurando así una cualificación aceptable en cuanto a las necesidades de fuerza de trabajo de las organizaciones (RVQ, 1986). En este contexto, para la “National Council for Vocational Qualifications”, la competencia será “la habilidad de aplicar el conocimiento, comprensión práctica y destreza mental para lograr una actuación efectiva por los estándares requeridos en el puesto de trabajo”. Esto incluye la resolución de problemas y la exigencia de que el individuo sea lo suficientemente flexible como para adaptarse a los cambios requeridos.

Hoffmann (1999) fortalece la base conceptual de este modelo al sostener que “un sistema basado en competencias formaliza los estándares de actuación para asegurar que sean reconocidos y aceptados por la industria o el sector empresarial referidos”. Es a través de su consejo nacional de cualificación (NCVQ) que en el Reino Unido se establecen los distintos estándares para jerarquizar el nivel de competencias de los individuos:

1. Los estándares primero y segundo indican las competencias que son requeridas en los puestos de trabajo. Aquí se evalúan principalmente las rutinas y las tareas predecibles, consideradas básicas, llevadas a cabo bajo una supervisión mínima.

2. En el nivel tres (nivel avanzado) se requieren capacidades apropiadas para llevar a cabo actividades no rutinarias y así obtener los outputs que son la base de los estándares previamente especificados.

3. En el nivel cuatro, los estándares superiores, la competencia indica la capacidad de los individuos para adaptarse al mayor numero de roles de trabajo, manteniendo una responsabilidad con los resultados del personal y con las otras actividades relacionada (Toller, 1987).

En este contexto, el departamento de evaluación australiano (Australian National Training Board) ha declarado que “el cuerpo de conocimientos requeridos para una actuación efectiva en un rango de tareas en un trabajo, motiva la aplicación demostrada de las habilidades, basada a través de este conocimiento para ser selectivamente accedido con el fin de apoyar una actividad con competencia” (Hoffmann,1999). De ahí que autores como Woodruffe opinen que las funciones y tareas en el puesto de trabajo deben ser llevadas a cabo con competencia.

Derivado de la anterior definición, el significado del término “competencia” y del plural “competencias” representa para las instituciones de cualificación profesional en el Reino Unido, y para algunos autores como Horton (2000 a ), Toller (1987) y Virtanen (2000), la indicación del rango de los estándares relacionados con la actuación en el trabajo que se pueden observar y evaluar y, por lo tanto, entrenar y desarrollar. De acuerdo con Ellströn (1997), la definición de “competencia ocupacional” (estándares) se refiere a una relación entre la capacidad del individuo o del grupo de trabajo y los requerimientos de ciertas situaciones o tareas. Conocimiento y habilidades intelectuales, pero en forma contraria, con definiciones más restringidas, incluyendo factores cognitivos.

El modelo británico basado en estándares profesionales, desde su constitución burocrática, según se ha expresado en este apartado, no considera a la ética y a los valores como eje central de construcción competencial; además de que su introducción en los programas básicos de estudio del Reino Unido, como afirman Raynolds y Salter (1998; citados por Guerrero C. 2005), descuida la importancia
del conocimiento, comprensión y valores que promueven el éxito de la empresa.

La perspectiva pedagógica del Reino Unido y los Estados Unidos difiere fundamentalmente en la forma en que ambos países asumen sus procesos de aprendizaje. En los Estados Unidos, por ejemplo, se enfatiza una perspectiva “cognitiva“ del aprendizaje, mientras que en el Reino Unido se enfatiza más un aprendizaje “constructivista”. El enfoque cognitivo está más marcado por una medida objetiva en relación al nivel de competencias que poseen los individuos, mientras que el aprendizaje constructivista se enfocan más la subjetividad y las  dimensiones motivacionales de competencia.

Diferencias entre el modelo de competencias británico y el norteamericano


domingo, 9 de junio de 2019

Enfoque por competencias


ENFOQUE POR COMPETENCIAS

El discurso referido al desarrollo de competencias se reducía en un inicio al ámbito laboral y posteriormente se fue consolidando como un enfoque dominante en los ámbitos de la educación formal. Al surgir este enfoque, la unión de conceptos se convirtió en un puente entre la educación y el mundo laboral sobre el que muchos investigadores han argumentado, entre ellos, María Antonia Gallart (1938) y Claudia Jacinto (1957).
El enfoque por competencias representa una alternativa para enfrentar y solucionar las problemáticas, los retos y las necesidades que plantea la educación. Aunque competencia podría ser entendida desde la acepción de contienda o competitividad, en el ámbito educativo se vincula con la capacidad para hacer algo, con saber cómo, por qué y para qué se hace, de modo tal que este conocimiento pueda ser transferible.

 Respecto a las competencias, la Recomendación 26/92 de la UNESCO expresa que “se refieren a las capacidades complejas que desarrolla una persona y poseen distintos grados de integración. Se ponen de manifiesto en una gran variedad de situaciones correspondientes a los diversos ámbitos de la vida humana, personal y social. Son expresiones de los distintos grados de desarrollo personal y participación activa en los procesos sociales. 
Toda competencia es una síntesis de las experiencias que el sujeto ha logrado construir en el marco de su entorno vital amplio, pasado y presente”. A pesar de que se considera reciente esta significación, en realidad tiene múltiples referentes disciplinares de más de cincuenta años. 
Uno de ellos se localiza a mediados de los sesenta, cuando Noam Chomsky (1928) distinguió entre la competencia lingüística (el conocimiento y la capacidad lingüística que posee cualquier persona) y los actos de habla, que se traducen en la forma en la que el lenguaje —como sistema— es utilizado para comunicar.

 Desde el momento en el que se publicó, esta discriminación generó críticas y reelaboraciones, tanto en lingüística como en psicología (conductual y  cognitiva) y educación. Por ejemplo, en el caso de la lingüística, Dell Hymes (1927-2009) acuñó el término de competencia comunicativa por su desacuerdo con Chomsky. Para él era necesario añadir un contexto antropológico a la comunicación, pues una persona puede hablar una lengua, pero además de conocer cómo funciona el sistema, debe ser capaz de comportarse de forma adecuada ante otros hablantes para hacer eficaz su comunicación; debe saber “cuándo hablar, cuándo no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma”. 
Al trasladar estas consideraciones al campo de la educación, se observa que en una competencia convergen los comportamientos sociales, las habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo un desempeño, una actividad o una tarea; es decir, las competencias conjugan elementos innatos y de aprendizaje con factores sociales.
En su libro Construir competencias desde la escuela, Philippe Perrenoud (1944), uno de los más reconocidos investigadores de este enfoque, apunta que “las competencias permiten hacer frente a una situación compleja, construir una respuesta adaptada. Se trata de que el estudiante sea capaz de producir una respuesta que no ha sido previamente memorizada”. 
Ahora bien, esta puntualización puede enlazarse fácilmente con el artículo “Aspectos básicos de la formación basada en competencias”, de Sergio Tobón, que subraya: Las competencias son un enfoque para la educación, no un modelo pedagógico, pues no pretenden ser una representación ideal del proceso educativo. […] Al contrario, las competencias son un enfoque porque sólo se focalizan en aspectos específicos de la docencia, del aprendizaje y de la evaluación, como son:

1) La integración de conocimientos, los procesos cognoscitivos, las destrezas, las habilidades, los valores y las actitudes en el desempeño ante actividades y problemas.

 2) La construcción de los programas de formación acorde con los requerimientos disciplinares, investigativos, profesionales, sociales, ambientales y laborales del contexto.

3) La orientación de la educación por medio de estándares e indicadores de calidad en todos sus procesos. De este modo, si articulamos la cita de Perrenoud con el texto de Tobón, podemos concluir que el enfoque por competencias puede ser aplicado desde cualquier modelo pedagógico sin importar el área de conocimiento ni el nivel educativo.

Con la intención de definir más claramente el enfoque por competencias —y las competencias mismas—, puede ser útil retomar el matiz laboral que tenían éstas hace algunas décadas para presentar el siguiente cuadro, que hace una comparación entre las interpretaciones de orden laboral y educativo: Competencia Educativa Competencia Laboral Capacidad de poner en operación los conocimientos, habilidades, valores, carácter y pensamiento de manera integral en las diferentes interacciones que tienen los seres humanos para la vida, en los ámbitos personal, social y laboral.

Competencia Educativa
Competencia Laboral
Capacidad de poner en operación los conocimientos, habilidades, valores, carácter y pensamiento de manera integral en las diferentes interacciones que tienen los seres humanos para la vida, en los ámbitos personal, social y laboral.
Conjunto de actividades para las que una persona ha sido capacitada, con la intención de que logre hacer las cosas bien desde la primera vez.
Implica trabajar en el aprendizaje para demostrar que se posee la capacidad para cumplir con la tarea a realizar.
Dentro de las organizaciones, las competencias son utilizadas para potencializar el capital humano y cumplir así con los objetivos del puesto, área o sector; además de desarrollar al ser humano.
Desarrolla la creatividad.
Se interpreta como ser mejor que los demás, por lo que puede generar rivalidad entre las personas.
Proporciona una respuesta a una situación.
Se enfrentan los retos laborales.

Con base en este cuadro, y en lo visto anteriormente, se concluye que orientar la acción educativa desde este enfoque permite aplicar lo aprendido a la resolución de problemas prácticos; pues ni el conocimiento ni la práctica son útiles como herramientas aisladas. Es necesario saber, saber hacer y saber ser, una relación fundamental de conocimientos que puede observarse incluso en la discusión entre. Existen múltiples argumentos que respaldan los beneficios del estudio y la aplicación de este enfoque y que también observan el contexto social. El primero atiende a que es novedoso; es el centro de la política educativa en sus diversos niveles, lo cual exige, al mismo tiempo, que los docentes se mantengan actualizados y lo conozcan a profundidad. En segundo lugar está el hecho de que las competencias orientan diversos proyectos internacionales de educación, como Tuning y Alfa Tuning América Latina, que buscan afinar las estructuras académicas y mejorar la colaboración entre las instituciones de educación superior. Y el tercer punto es que las competencias constituyen la base fundamental para orientar el currículo, la docencia, el aprendizaje y la evaluación dentro de un marco de calidad, puesto que brinda —en sí mismo— principios, indicadores y herramientas para lograrlo.

miércoles, 5 de junio de 2019

Conceptos de Competencia



Atentos a las reglas de la metodología, lo primero que se hace al empezar el análisis de un tema, es definir los principales vocablos que habrán de utilizarse en el desarrollo del mismo y, en el caso que se plantea, todo gira en derredor del concepto COMPETENCIA. ¿Qué es y de dónde nace? ¿Para qué sirve? ¿Cómo ha venido funcionando? Esas y otras interrogantes habrán de someterse a estudio en este esfuerzo.
En la página del Concejo Educativo de Castilla y León se encuentra la definición de Competencia, que desde 1957 según el Maestro Abraham Noah Chomsky, significa "capacidades y disposiciones para la interpretación y la actuación" (Consejo Educativo de Castilla y León, 2007). Sin embargo, se impone aclarar que la definición y sentido del término competencia mutó, de ser una capacidad creativa del ser humano, a la eficacia y rentabilidad productiva que a la industria interesa.



Una vez que se perdió el sentido original del término y que fue recogido por la industria, tanto la que se dedica a la producción de bienes y servicios como la educativa, han surgido múltiples intentos de definición sin que hasta la fecha exista consenso entre investigadores y académicos acerca de la exactitud de la palabra y su significado. Por tanto, a continuación habrán de citarse algunas de las más usuales:        

 César Coll, en el documento Las competencias en la educación escolar, algo más que una moda y mucho menos que un remedio, toma la definición que la DeSeCo propone y la reproduce en los siguientes términos: «Una competencia es la capacidad para responder a las exigencias individuales o sociales o para realizar una actividad o una tarea [...] Cada competencia reposa sobre una combinación de habilidades prácticas y cognitivas interrelacionadas, conocimientos (incluyendo el conocimiento tácito), motivación, valores, actitudes, emociones y otros elementos sociales y de comportamiento que pueden ser movilizados conjuntamente para actuar de manera eficaz. (Coll, 2009)»

 Otro texto interesante es el de Sergio Tobón, Ph.D., quien define competencias como:
Procesos complejos de desempeño con idoneidad en determinados contextos, integrando diferentes saberes (saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir), para realizar actividades y/o resolver problemas con sentido de reto, motivación, flexibilidad, creatividad, comprensión y emprendimiento, dentro de una perspectiva de procesamiento metacognitivo, mejoramiento continuo y compromiso ético, con la meta de contribuir al desarrollo personal, la construcción y afianzamiento del tejido social, la búsqueda continua del desarrollo económico-empresarial sostenible, y el cuidado y protección del ambiente y de las especies vivas. (Tobón, 2008)

La Dra. Laura Frade Rubio, de Calidad Educativa Consultores, se hace la siguiente pregunta ¿Qué es una competencia? y su respuesta es: Son metas terminales, sustituyen a los objetivos.
“El conjunto de comportamientos socio-afectivos, y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras, que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea”. UNESCO 99 (Frade Rubio, 2007).



En el documento APORTES AL CONCEPTO DE COMPETENCIAS DESDE LA PERSPECTIVA DE AL, que maneja Laureate ECollege en sus cursos, aparece a fojas 79 lo que Jurado Fabio estima:
La competencia es la capacidad para interactuar, o para saber hacer, entonces las pruebas tendrían que apuntar hacia la necesidad de fortalecer la competencia para la acción, para la manipulación de conceptos y categorías en el análisis de situaciones concretas para fines sociales concretos, en lugar de la nemotecnia definicional. (Fabio, 2011)

Una vez expuesto lo anterior, resulta claro que ya existe un atisbo de lo que son las competencias, como objeto de estudio.

martes, 4 de junio de 2019

Descripción de diversas Corrientes Pedagógicas

ESCUELA NUEVA O ACTIVA

Su finalidad era cambiar el método tradicional de enseñanza por otro que permitiera una mayor participación de los educandos en el proceso enseñanza-aprendizaje. Así, la base del proceso educativo son los alumnos, cuya participación activa es fomentada de manera individual o colectiva y los conocimientos se refuerzan mediante la acción y la investigación. Respecto al modo pasivo, en donde el maestro tiene toda la responsabilidad de cumplir con los objetivos de enseñanza, éste es sustituido por un sistema donde el maestro participa como orientador, facilitador y conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje.La Escuela Nueva inició a finales del siglo XIX, pero fue hasta el término de la Primera Guerra Mundial cuando surge como una verdadera corriente pedagógica y se le considera una esperanza de paz.

En la opinión de Adolphe Ferrière (1879-1960), los pedagogos de la Escuela Nueva fueron poseídos por un ardiente deseo antibélico y vieron nuevamente en la edu cación el medio idóneo para fomentar la solidaridad humana, la comprensión entre los hombres y el amor fraternal sin importar las diferencias étnicas o culturales. En una forma ideal, sus planteamientos permitirían resolver pacíficamente los conflictos sociales; la nueva educación tendría que ser capaz de formar a los individuos para la paz y la tolerancia.

Los mayores portavoces de esta corriente consideran que el cambio de la figura autoritaria que tenía el maestro por la de un profesionista comprensivo y abierto a la comunicación con sus alumnos, complementada por un aprendizaje fortalecido mediante los intereses, aptitudes y habilidades del alumno, incrementa el aprovechamiento de la educación.

En realidad, el principio de la Escuela Nueva tiene una base fácilmente observable: lo aprendido a través de la vida cotidiana despierta mayor interés que las enseñanzas que pueden obtenerse de los libros, ya que al intervenir con fines pedagógicos en la naturaleza, en los acontecimientos diarios de la localidad y las características del ser humano se hace posible desarrollar la imaginación, creatividad, iniciativa y habilidades de los alumnos mediante la búsqueda, la investigación, y el cuestionamiento, todo con respeto al proceso de aprendizaje que experimenta cada persona.

Jean-Jacques Rousseau, Johann Heinrich Pestalozzi, León Tolstói, John Dewey, Maria Montessori, Adolphe Ferrière, Roger Cousinet, Célestin Freinet, Jean Piaget, Édouard Claparède y Ovide Decroly son algunos de los principales representantes. A pesar de que mantienen diferencias sustantivas en concepciones tales como la educación, el niño, la naturaleza social de la institución escolar y el contexto político y sociológico en el que se desarrollaron las escuelas pertenecientes al movimiento, poseen correspondencias significativas entre ellos.

A manera de conclusión, la Escuela Nueva coloca al alumno en el centro del proceso enseñanza-aprendizaje —acción denominada paidocentrismo— para dejar atrás el magistrocentrismo. Entonces, en el marco de la Escuela Nueva los alumnos aprenden a través de la búsqueda y selección de información, contrario a lo que ocurre en la enseñanza tradicional, donde el maestro organiza la forma en que transmitirá el conocimiento.

De acuerdo con el español Lorenzo Luzuriaga, fundador en 1922 de la Revista de Pedagogía, existen cuatro momentos fundamentales en la constitución y desarrollo de esta corriente:

1. De 1889 a 1900 transcurrió la etapa de ensayos y experiencias.

2. De 1900 a 1907 se formularon nuevas ideas educativas; en especial el pragmatismo de John Dewey y la escuela del trabajo de Georg Kerschensteiner.

3. De 1907 a 1918, por la creación y aplicación de los primeros métodos activos, acontecieron los años de renovación metodológica.

4. A partir de 1918, que se refuerzan y difunden las ideas y métodos de la Escuela Nueva.

PEDAGOGÍA DE LA LIBERACIÓN O CRÍTICA

Una de las obras fundamentales de esta corriente es Pedagogía del oprimido (1969), del brasileño Paulo Freire, quien propuso un cambio en el proceso de aprendizaje de los alumnos mediante el análisis crítico y reflexivo del mundo en el que viven para propiciar la elaboración de normas de convivencia. Desde este precepto, el maestro examina la forma idónea para ayudar a los educandos a reflexionar y a convertir esta actividad en aprendizaje, al suscitar el análisis crítico, la indagatoria y la defensa de sus convicciones a través de la estructuración de argumentos.

Es de resaltar la perspectiva que adopta la pedagogía de la liberación en cuanto a las cuestiones de fe, ya que considera que para liberar a las personas de la ignoranciaes necesario desligarlas de las supersticiones y creencias a través de la búsqueda y aplicación de métodos para cambiarlas. Junto con Freire, sus principales representantes son Henry Giroux, Michael W. Apple, Stephen Kemmis, Peter McLaren, Andy Hargreaves y Thomas Popkewitz.

PEDAGOGÍA COGNITIVA

Está orientada por la ciencia cognitiva, un movimiento desarrollado desde 1950 que in fluyó tanto a la ciencia como a algunas disciplinas sociales y de humanidades. El psicólogo Jerome Seymour Bruner, uno de los principales actores en la llamada “revolución cognitiva” (la cual planteaba un modelo formal de la mente para explicar el conocimiento humano), aseguró que el principal objetivo de ésta fue recuperar el estudio de la mente en las ciencias humanas tras un largo periodo de fuerte objetivismo, lo cual se explica al considerar que lo cognitivo es el paso sucesivo del conductismo.

Este enfoque establece habilidades para orientar los procesos mentales de información, representación y acción, que bien pueden entenderse como los pasos que cambian los conocimientos adquiridos con anterioridad por otros generados en el intercambio de la información.

La información, de acuerdo con Bruner, se organiza en clases ya establecidas o por construir; es decir, el significado existe antes de la información. Luego, la representación es un conjunto de reglas mediante las cuales se puede conservar aquello experimentado e ingresa en la memoria a través de imágenes, eventos o palabras que servirán de herramientas para realizar operaciones mentales o acciones, como tomar una decisión o solucionar un problema.

El aprendizaje constituye la síntesis de la forma y el contenido recibidos por las percepciones, mismas que actúan de forma personal y, a su vez, están influidas por antecedentes, actitudes y motivaciones individuales. El aprendizaje se vincula no tantocon lo que hacen los estudiantes sino con lo que saben y cómo lo adquieren; por lo que el conocimiento obtenido es una actividad mental que implica una clasificación interna y una estructuración por parte del estudiante que así, al realizar estas acciones, se transforma en un participante activo del proceso de aprendizaje.

Al considerar al ser humano como un organismo que realiza una actividad fundamentada en el procesamiento de información, la pedagogía cognitiva muestra una nueva visión del ser humano y reconoce la importancia de cómo las personas organizan, acoplan, filtran, reintegran y evalúan la información en esquemas mentales que son empleados para acceder e interpretar la realidad.

PEDAGOGÍA CONDUCTISTA
Tiene como fundamentos los estudios realizados en psicología por Iván Pávlov (1849- 1936) y John Broadus Watson (1878-1958), famosos por remarcar el vínculo entre sus propuestas teóricas y el carácter experimental de la psicología. Esta relación con la investigación aplicada adquirió renombre a partir de 1940, pero sus raíces se remontan a principios del siglo XIX, en los hallazgos obtenidos en la investigación básica, que en ese entonces se dirigía a explicar las condiciones en las que ocurre —o no— la adquisición, el mantenimiento y la generación de conductas.

Los conocimientos teóricos así generados propiciaron reflexiones en torno a dos temas de valor primordial para la educación: el aprendizaje y el desarrollo. Así, la pedagogía abrevó de la psicología conductual para observar a la enseñanza como algo estructurado y susceptible de ser guiado por los principios del condicionamiento operante, el cual, en el contexto escolar, busca que los alumnos adquieran un amplio repertorio conductual que pueda traducirse en ventajas sociales para ellos.

Simultáneamente a la formulación de este concepto, Burrus Frederick Skinner desarrolló un sistema pedagógico, una de las propuestas más relevantes del conductismo: la enseñanza programada. Desde su perspectiva, la enseñanza tradicional presenta algunas deficiencias que obstaculizan el aprendizaje, como la instrucción colectiva, que provee al alumno de más consecuencias aversivas que positivas, y la indecuada secuenciación de los materiales educativos. El reconocimiento de estas insuficiencias en
la enseñanza propició que Skinner diseñara una serie de consideraciones, aceptadas mayormente en las décadas de los sesenta y los setenta, como definir objetivos educativos conductuales. Sin embargo, una de sus mayores críticas es omitir el componente afectivo-emocional, pues pareciera concebir al alumno como un agente pasivo que sólo reacciona a las condiciones ambientales a las que está expuesto.

PEDAGOGÍA CONSTRUCTIVISTA

De acuerdo con esta corriente el conocimiento no se descubre, se construye; por eso considera como verdadera a la enseñanza que ayuda al desarrollo de la persona, y en función de la cual se puede explicar y valorar cada aprendizaje particular. Tiene como fundamento cuatro acciones básicas que el educador debe considerar al diseñar las experiencias educativas:

1. Partir de la estructura conceptual de cada alumno; es decir, de sus ideas y preconceptos.

2. Prever la repercusión en la estructura mental y el cambio conceptual que se espera al efectuarse la construcción activa del nuevo concepto.

3. Confrontar las ideas y preconceptos con el concepto que se enseña.

4. Aplicar el nuevo concepto a situaciones concretas.

Respecto al segundo punto, se debe entender que el aprendizaje real se produce a partir de sus conocimientos previos y las construcciones que realiza cada alumno al modificar su estructura mental, esto con la finalidad de alcanzar un mayor nivel de complejidad, diversidad e integración frente al mundo.

Por su carácter constructivo, esta corriente puede emparentarse con la Escuela Activa, pues igualmente propone un aprendizaje opuesto a la mera acumulación de información, pero con un matiz diferente: ante la disyuntiva entre educar o instruir, lo importante no es informar al individuo ni instruirlo, sino desarrollarlo, humanizarlo.

Jean Piaget (1896-1980), quizá su mayor representante, propuso —a diferencia de los conductistas— que en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento, el hombre no es únicamente producto del medio ambiente o de sus disposiciones internas, sino una construcción propia, un resultado paulatino de la interacción entre estos factores. Asimismo, se interesó por las principales características del desarrollo cognitivo y diferenció cuatro periodos a través de los cuales se construyen las nociones, conceptos y operaciones lógico-formales:

1. Etapa sensomotora, de 0 a 2 años. En ella se aprende a responder por medio de la actividad motora a diversos estímulos que se presentan a los sentidos. Un ejemplo de esto ocurre cuando los bebés no sólo ven y escuchan los juguetes que están a su disposición, sino que aprenden a sacudirlos y hasta a chuparlos.

2. Etapa preoperacional, de 2 a 7 años. Se caracteriza porque aún no se desarrolla la capacidad para pensar de manera lógica; pero es posible manejar el mundo de forma simbólica. Es decir, los niños pueden ya imaginar que hacen algo aunque no puedan realizarlo realmente.

3. Etapa de las operaciones concretas, de 7 a 11 años. Incrementa notablemente la capacidad para el razonamiento lógico, aunque todavía a un nivel muy concreto, es decir, el pensamiento sigue vinculado a lo que se conoce y se sabe hacer en la práctica, por lo que sólo es posible razonar acerca de las cosas con las que se ha tenido experiencia directa.

4. Etapa de las operaciones formales, de 11 a 15 años. Se presenta en la adolescencia y continúa a lo largo de la vida. Su principal característica es que el individuo puede prescindir del contenido concreto de las cosas y puede situarse en lo abstracto. En ésta es posible valorar la verdad o falsedad de proposiciones abstractas, analizar fenómenos complejos en términos de causa-efecto, etc.


PENSAMIENTO COMPLEJO

En términos generales, implica interconectar diferentes dimensiones de lo real; de ahí su nombre, que proviene de la raíz latina complexus, participio de complecti, “enlazar”. Siguiendo a Edgar Morin (1921), su mayor representante y difusor, “lo complejo apunta más a una comprensión que a una disciplina, teoría o nueva religión”; responde a la forma en que ocurren y surgen las cosas, multidimensional, interactiva, y con componentes aleatorios o azarosos. Esto puede verse más claramente si se piensa que una persona tiene diferentes dimensiones —la física, la emocional, la social—, que pertenece a una época, a una geografía, y que mediante cada aspecto entra en contacto con las demás y viceversa. Todo esto que define a un individuo —y, al mismo tiempo, a la sociedad a la que pertenece— depende y a la vez suscita eventos en los que interviene el azar; como pueden ser las migraciones, el tráfico o los índices económicos. En esta línea, sólo se puede conocer a una persona si se analiza el lugar, el tiempo en el que nació, sus medios, etcétera, y para ello, el pensamiento complejo propone unificar to das estas interrelaciones mediante un enfoque transdisciplinario y holístico que a pesar de dirigirse hacia el todo, siempre tiene presentes las partes que lo constituyen.

Un punto fundamental del pensamiento complejo es la reflexión, la cual permite que nuestros actos traspasen lo meramente empírico para agregar o adquirir otras características. Por ejemplo: algo que se repite cotidianamente y sin pensar, puede convertirse en algo más complejo al pasar por el filtro de la reflexión; esto, aplicado al ámbito escolar, busca que los estudiantes desarrollen una estrategia de pensamiento que no sea reductiva, sino reflexiva.

Entre los movimientos que le dan soporte se encuentra la teoría sistémica, propuesta por Ludwig von Bertalanffy (1901-1972), de la cual hereda la sustitución de la liga todo/partes por la relación sistema/entorno. Así, un sistema no se forma a partir de una estructura dada, sino a través de su interacción con el entorno; de forma que éste deja de ser un condicionante para convertirse en un constituyente.

Por otra parte se encuentra el pensamiento cibernético —iniciado por Norbert Wiener (1894-1964), John von Neumann (1903-1957), Gregori Bateson (1904-1980) y Margaret Mead (1901-1978)—, el cual se interesa por definir las leyes generales de la comunicación. Aplicado a la pedagogía, atiende la eficiencia y el flujo de la información, que no va únicamente del docente hacia el alumno, sino también a la inversa, y no sólo es de conocimiento, sino también de hábitos y actitudes, entre otros.

Por sus características, el pensamiento complejo se ubica en el campo de la epistemología, cuyo objeto de estudio es la producción y validación del conocimiento científico mediante el análisis de sus criterios. Puede decirse que se fundamenta en tres principios: dialogía (la relación del sistema aparece ante la paradoja), la recursividad (que es la capacidad de modificar el sistema) y la hologramia (la parte en el todo y el todo en la parte).

lunes, 3 de junio de 2019

Definiciones III

Hemos entendido que para mayor compresión de los lectores, estos conceptos también son necesarios.

Cohesión: 
Es el nivel de consenso de los integrantes de un grupo social o el sentido de pertenencia a una causa o interés común. Es una forma de cohabitar, distribuir recursos, valores e interpretar las diferencias que existen en una sociedad.  (Venemedia Comunicaciones, 2015).

Comprensión: 
Es la facultad de la inteligencia por medio de la cual logramos entender o penetrar en las cosas para entender sus razones o para hacernos una idea clara de estas. (7Graus, 2013).

Endoculturación:
Es un proceso por el cual el individuo desde sus primeros años de vida va internalizando los modelos y pautas de comportamiento de su grupo de pertenencia, de manera consciente e inconsciente. (EcuRed, 2011).

Humanización
Es el proceso mediante el cual algo es dotado de cualidades humanas. El objeto de humanización puede ser una cosa, un animal, una persona, un conjunto de personas o una institución. (Andrea Imaginario, 2013).

Movilidad intergeneracional:
Trata de los ascensos y descensos en la escala social que se dan entre padres (origen) e hijos (destino). (Cantero M, Violeta, & Williamson C, Guillermo, 2009).

Preceptos:
Es una noción que refiere a un principio o una norma. (Julián Pérez Porto y María Merino, 2013).

Prioridad:
Cosa que debe ser considerada o hecha antes que otra. (K Dictionaries Ltd., 2013).






Bibliografía

Venemedia comunicaciones. (2015). Concepto de Cohesión Social. 2019, de Venemedia comunicaciones Sitio web: https://www.definicion.xyz/2017/10/cohesion-social.html

7Graus. (2013). Significado de Comprensión. 23/07/2018, de 7Graus Sitio web: https://www.significados.com/comprension/

EcuRed. (2011). Endoculturación. 2011, de EcuRed Sitio web: https://www.ecured.cu/Endoculturaci%C3%B3n

Andrea Imaginario. (2013). Significado de Humanización. 17/05/2019, de 7Graus Sitio web: https://www.significados.com/humanizacion/

Cantero M, Violeta, & Williamson C, Guillermo. (2009). Movilidad Social Intergeneracional por origen étnico: Evidencia Empírica Regió de la Araucanía, Chile. Universum (Talca), 24(1), 22-40. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-23762009000100003

Julián Pérez Porto y María Merino. (2013). definicion de precepto. 2015, de Definicion.de Sitio web: https://definicion.de/precepto/

K Dictionaries Ltd.. (2013). prioridad. Mayo 24 2019, de The Free dictionary by Farlex Sitio web: https://es.thefreedictionary.com/prioridad

Movilidad Social Intergeneracional por origen étnico: Evidencia Empírica Regió de la Araucanía, Chile